La semana pasada comenzamos un nuevo proyecto, que se inició con la llegada a clase de una caja, de color amarillo, que se encontraba en la zona de la biblioteca. Nos pareció tan extraño que la llamamos "la caja misteriosa" y por supuesto las ganas de saber qué había dentro no faltaron.
Junto a esta caja venía una nota, concretamente una ADIVINANZA, con lo cual se hizo más emocionante el asunto.
Cuando recité la adivinanza, algunos pensaron que podía ser un huevo, y la repetí varias veces para que nos diéramos cuenta de las pistas que se daban (cuando quiero salir antes rompo el cascarón...).
Cuando recité la adivinanza, algunos pensaron que podía ser un huevo, y la repetí varias veces para que nos diéramos cuenta de las pistas que se daban (cuando quiero salir antes rompo el cascarón...).
Finalmente, hubo quien dijo: - Un pollito!!! (acertaron con el tipo de pájaro porque lógicamente es el ave más conocida y cercana a los peques) y fue cuando decidimos abrir la caja. Todos se acercaron y cual fue su sorpresa cuando vieron el nido con la cáscara del huevo pero sin nadie más. Estaba claro que el pollito se había escapado, pero ¿dónde?. No tardamos en empezar a buscar por toda la clase y propuse salir al patio para ver si estaba por allí. Incluso decían que había ido a buscar a su mamá gallina.
Empezaron a dar vueltas por el patio y mientras tanto, preparé el momento del encuentro. Digo preparé porque el pollito que se iban a encontrar era uno de juguete de los que se le dan cuerda para que ande. Lo ideal hubiera sido uno de verdad, pero creo que la imaginación nos hizo disfrutar mucho del momento y evitamos también que un pobre animalito sufriera el acoso y derribo de tantas manitas queriéndolo coger.... De hecho, me hizo mucha gracia que como yo interpretaba como si fuese de verdad, una de mis peques seme acercó y me dijo: - pero seño...el pollito es de mentira, y yo le dije con voz bajita: - ya lo sé, pero no pasa nada, nosotros con nuestra imaginación nos imaginamos que es de verdad. Me sonrió y siguió disfrutando del juego como si nada.
Empezaron a dar vueltas por el patio y mientras tanto, preparé el momento del encuentro. Digo preparé porque el pollito que se iban a encontrar era uno de juguete de los que se le dan cuerda para que ande. Lo ideal hubiera sido uno de verdad, pero creo que la imaginación nos hizo disfrutar mucho del momento y evitamos también que un pobre animalito sufriera el acoso y derribo de tantas manitas queriéndolo coger.... De hecho, me hizo mucha gracia que como yo interpretaba como si fuese de verdad, una de mis peques seme acercó y me dijo: - pero seño...el pollito es de mentira, y yo le dije con voz bajita: - ya lo sé, pero no pasa nada, nosotros con nuestra imaginación nos imaginamos que es de verdad. Me sonrió y siguió disfrutando del juego como si nada.
Cuando lo cogimos empezamos a hablar sobre este animal:
- De dónde podría venir
- Quién podría ser su mamá y su papá
- Que comería
Empezaron a dar respuestas y entre ellas salió la palabra GRANJA, por lo que dio comienzo la primera parte del proyecto: ¿Qué sabemos de una granja? y empezamos a anotar las respuestas que se dieron.
Ese mismo día, realizamos dos actividades relacionadas con el personaje que nos había visitado:
1. Realizar una ficha del animal: algunos practicaron la grafía de las letras de la palabra pollito y otros aprendieron a formarla, en ambos casos con el modelo de la palabra delante. Sobre la marcha te das cuenta de a quien le apetece hacer la grafía, disfrutando con ella, y quien prefiere mejor formar la palabra con letras.
2. Cuento "El pollo Pepe": junto a la caja venía el cuento el El Pollo Pepe que ya algunos conocían. Destaca por su sencillez y pertenece a una colección de la editorial SM, en la que aparecen cuentos similares pero con otros personajes.
Una peque trajo también a clase otro día el cuento de "El Pollo Pepe y los colores" y les ha encantado tenerlo y ojearlo en nuestro sillón de la biblioteca.
El cuento El pollo Pepe, es un libro con POP-UPS y les gustó mucho ver que en cada página el personaje parecía salirse del cuento.
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