En un primer momento, se les presentó un folio en blanco con una pegatina de círculo en el centro. En la parte superior de la pegatina, había unos puntitos que iban a servir de referencia para realizar los círculos concéntricos cada vez más grandes (estos puntos ayudan a empezar a hacer el círculo de izquierdas a derechas, en el sentido que posteriormente se hará la letra enlazada)
Cada peque realizó sus círculos concéntricos usando en cada camino un rotulador de diferente color, para que se apreciara bien cada uno.
Finalmente, una vez realizados los círculos concéntricos, y con diversos colores, cada uno fue decorando los caminos con algún grafismo. Se pidió que en cada "carretera" el grafismo fuera el mismo, para que empezaran a apreciar la belleza de la simetría y de la composición armónica de una mandala.
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