En cualquier momento del día se puede dar la oportunidad de aprender letras, escribir sus grafías y de vivenciar nuevas palabras, que son los comienzos del proceso tan bonito de aprender a leer y escribir.
Desde el curso pasado teníamos la pizarra magnética, a la que hemos acudido en un primer momento para simplemente hacer trazos libres (en 3 años) o para escribir el nombre.
Algo que nos encanta de este material es que, además de que permite realizar las grafías de manera divertida con un "boli mágico"... se puede repetir tantas veces se quiera, porque es muy fácil borrar, ya que sólo hay que darle a una palanca pequeña, y por arte de magia hace desaparecer rápidamente lo que hemos escrito, sin dejar manchas. Esto ayuda mucho a que practiquen sin vivenciar la frustración que genera a veces el lápiz y el papel, donde se queda la marca del "error" por mucho que borres.
Encima, esta pizarra tiene una base de colores y los trazos que van saliendo salen multicolores, lo cual les motiva aún más a escribir.
Hace unos días, decidimos darle un uso concreto para esa semana y la actividad consistió en transformar la pizarra en una máquina de letras, en la cual se colocaba una letra plastificada en la parte de arriba, con velcro y se tenía que reproducir en la pizarra. Para ello, tenemos una cajita de la cual se sacan las letras que luego se escriben.
Tengo otras ideas en mente con las que este mismo juego irá tomando otras variantes y se hará cada vez más divertido y complicado... pero como siempre digo, las cosas hay que presentarlas poco a poco y darle a cada actividad su tiempo.
De momento es una actividad sencilla que han hecho en muchas otras ocasiones, pero el hecho de presentarla con la pizarra magnética dándole un toque misterioso... hace que crezca la motivación e interés para usarlo y eso es lo más importante de un material, que asombre y despliegue la imaginación de los pequeños, aunque sea por un ratito.
Luego, de forma espontánea, la usan para escribir palabras diarias, como por ejemplo el día de la semana, su propio nombre, o bien el de algún compañero/a.
Por otro lado, dispone de un sello incorporado con forma de círculo, con el que también les gusta estampar y crear dibujos con las formas que salen. Incluso hemos llegado a usar estos sellos para una actividad de conteo (ejemplo: decirle que estampe una cantidad concreta de círculos, o bien mostrarle un número y que estampe según la misma cantidad)
Estas pizarras son muy asequibles y están en muchas casas, así que os las recomiendo para practicar todo tipo de grafismos y letras, ya que permite ensayar, sin manchar y sin borrones.
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